El presidente de Brasil, Lula da Silva, volvió a calificar como “genocidio” la ofensiva militar que Israel mantiene en la Franja de Gaza, en un acto político del Partido Socialista Brasileño. “Es una guerra que ni el pueblo judío quiere, es un genocidio, es una venganza y es un gobierno contrario a la creación de un Estado palestino”, indicó el líder, que explicó que Israel usa como excusa la “masacre” cometida por el grupo terrorista Hamás en octubre de 2023, para validar su accionar.
Tras esas palabras, Lula leyó ante la militancia del Partido Socialista Brasileño una nota oficial divulgada por la cancillería brasileña en repudio a la decisión de Israel de autorizar 22 nuevos asentamientos en Cisjordania ocupada. Según la nota, la zona en que han sido autorizados esos nuevos asentamientos “es parte integrante del Estado de Palestina”, por lo que el anuncio de Israel “constituye una flagrante ilegal ante el derecho internacional”. Sumado a esto, expresó que esa decisión “contraría frontalmente el parecer consultivo de la Corte Internacional de Justicia del 19 de julio de 2024, que consideró ilícita la continua presencia de Israel en territorio palestino ocupado”. Esta no es la primera vez que el mandatario de Brasil realiza este tipo de declaraciones. Sin ir más lejos, en febrero del año pasado comparó la ofensiva militar israelí con el holocausto nazi, lo que significó que fuera declarado como persona “no grata” por el gobierno de Israel.
Siguen los ataques en Gaza
Durante este domingo un ataque israelí cerca de un punto de distribución de ayuda humanitaria en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, dejó al menos 31 muertos y un centenar de heridos. El ataque se produjo cerca del sitio de distribución de ayuda humanitaria gestionado por la empresa privada respaldada por Estados Unidos, Fundación Humanitaria para Gaza. La Defensa Civil de Gaza reportó “disparos desde vehículos israelíes contra miles de ciudadanos que se dirigían el domingo por la mañana temprano al centro de ayuda estadounidense al oeste de Rafah”. A pesar de los testimonios e informaciones recolectadas, la fundación, apoyada por Israel y Estados Unidos, aseguró en un comunicado que los “rumores” sobre muertos y heridos en el punto de distribución son falsos, y acusó a Hamás de propagarlos.
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