Con el 85% de los votos ya escrutados, la Suprema Corte de México se encamina a ser afín al gobierno. Si bien faltan varios días para que concluya el conteo, la tendencia es irreversible, y todo indica que el oficialismo, Morena, controlará el alto tribunal. La mayoría de los nueve jueces que encabezan los resultados tienen fuertes vínculos o afinidad ideológica con el partido gobernante. De confirmarse los resultados, se cerraría una etapa de relativo equilibrio entre los jueces que hizo que la Corte fuera vista como motor de muchos avances en derechos.
De cara a lo que se viene, tendrá que pasar al menos una semana hasta que se cuenten todos los votos de los 2.600 cargos que estaban en juego en estos inéditos comicios que, aunque solo tuvieron un 13% de participación, reconfigurarán por completo la justicia del país, ahora definida por el voto popular en lugar de por los méritos y experiencia de sus integrantes. El candidato a la Suprema Corte más votado es un abogado indígena, Hugo Aguilar, que incluso podría convertirse en su presidente. Le siguen tres magistradas nombradas durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, que fueron las únicas en el cargo que quisieron participar en el nuevo sistema para reelegirse. Por lo pronto, de los nueve miembros, serán cinco mujeres y cuatro hombres.
Ante la aparición de algunas críticas de varios sectores sobre el hecho de una posible unión entre el Poder Judicial y Ejecutivo, la presidenta del país, Claudia Sheinbaum, negó cualquier atisbo de autoritarismo. La líder consideró un éxito las votaciones, a pesar de la baja participación, y no tuvo problema en asegurar que “México es el país más democrático del mundo”.
De esta manera, la nueva Corte tendrá nueve miembros en lugar de los 11 actuales, con mandatos de 12 años en lugar de 15. A diferencia de este presente, no controlará su presupuesto y verá limitado su poder para tomar decisiones con efectos generales.
DIARIO HOY