Las vacaciones llegaron para el plantel profesional de Estudiantes de La Plata, pero el receso está lejos de ser sinónimo de paz. Desde la dura eliminación ante Aldosivi por Copa Argentina, el clima interno se volvió espeso, y la conferencia de prensa de Eduardo Domínguez en Florencio Varela fue el epicentro de una tormenta institucional que hoy mantiene en vilo a todo el mundo Pincha.
“No sé si voy a seguir”, dijo el entrenador, que deslizó entre líneas su malestar por “movimientos extraños” en City Bell. La frase fue tan directa como el trasfondo: el DT quiere saber en qué condiciones seguirá al mando, si es que lo hace. El escenario que encontró en la última semana lo descolocó. La irrupción de Carina Magnabosco, una manager brasileña cercana a Verón, quien se presentó en plena práctica del plantel sin avisos ni rol formal, fue para Domínguez una invasión de terreno. A eso se suma el desgaste acumulado tras un mercado de pases que dejó más dudas que certezas, y la sensación de que no tendría poder en las decisiones futuras.
En ese contexto, el lunes hubo reunión de urgencia en UNO entre Juan Sebastián Verón, Marcos Angeleri y Diego Ronderos. Aunque Magnabosco no participó formalmente, sí se mantuvo activa en contactos con el área de fútbol y representó al club en un encuentro con ejecutivos de TransferRoom. Oficialmente, no tendrá cargo, pero su rol es difuso y eso incomoda. Desde la dirigencia insisten en que su participación será institucional, pero para el cuerpo técnico su sola presencia genera ruidos.
Domínguez puso fecha: si antes del 10 de junio no recibe certezas sobre el proyecto y el futuro del área de fútbol, dejará su cargo. Y fue claro: “Si no sigue Angeleri, no sigo yo”. Su vínculo con el exdefensor es total, y su lealtad no admite zonas grises.
Pero mientras la continuidad del Barba está en duda, otro nombre fuerte reapareció en escena. Luego de ocho años, Agustín Alayes vuelve a trabajar en Estudiantes. El “Flaco”, que fuera secretario técnico hasta 2017 y que tuvo un breve paso por Peñarol de Uruguay, regresará para ocupar un lugar clave por encima de Angeleri y Ronderos en la toma de decisiones futbolísticas. Su retorno fue definido tras un encuentro con Verón en City Bell y representa un fuerte respaldo para el presidente, que busca reordenar la estructura del club tras varios desaciertos en refuerzos.
La interna es compleja: Verón quiere modernizar el modelo, con nuevos actores y mayor apertura internacional; Domínguez, en cambio, pide respaldo, control deportivo y claridad. El futuro inmediato de Estudiantes se resolverá lejos de las canchas, entre charlas privadas, llamados pendientes y una pulseada silenciosa que puede cambiar el rumbo del proyecto.
Las vacaciones apenas empiezan, pero en el Pincha ya se juega el partido más importante del año.
DIARIO HOY