En junio de 1972 se realizo una conferencia en Estocolmo, Suecia por la Organización de las Naciones Unidas.
Contaba como eje temático las problemáticas ambientales que afectan al mundo y el compromiso que éstas demandan a los países.
Además de actualizarse sobre las distintas problemáticas, establecer principios sobre el humano y la relación con su medio, proponer un plan de acción para el medio humano, el objetivo de esta conferencia fue exhortar a los gobiernos a que ejecuten medidas para que las actividades empresariales con posibles impactos ambientales negativos garanticen el cuidado y respeto por el ecosistema. Se designó el 5 de junio como el Día Mundial del Ambiente.
Esta fecha, establecida por una resolución el 15 de diciembre de ese mismo año, persigue revitalizar y mantener presente en la población mundial y las políticas gubernamentales y empresariales la conciencia necesaria para que el ser humano conviva en armonía y en permanente cuidado del medioambiente.
La sobrepoblación, la contaminación del aire, el suelo y el agua, el calentamiento global provocado por la emanación de gases y componentes tóxicos que restan calidad al aire, la pérdida de biodiversidad, el bajo nivel de utilización de energías alternativas como la eólica, solar, biomasa, etc., son algunas de las principales causas que atentan la calidad del medioambiente. Así, las políticas medioambientales de todos los países resultan fundamentales e imprescindibles para mantener la calidad de vida que merece la Tierra y todos los ecosistemas que ésta guarda.