Muy lejos de relajarse por haber logrado la clasificación al próximo Mundial, la Selección de Lionel Scaloni demostró ayer que pretende seguir dejando bien en alto el nombre de Argentina y en lo que se presentó como una verdadera batalla deportiva, el equipo nacional terminó venciendo a Chile por las Eliminatorias Sudamericanas.
Con lo justo y necesario, porque los rivales están decididos a vender muy cara la eliminación, el equipo nacional fue mucho más en el primer tiempo y se las ingenió para marcar una mínima diferencia que después conservó.
Apoyado en el incansable trabajo de Giuliano Simeone, que se ganó seriamente la consideración para ser el número 8 titular del seleccionado, Argentina fue letal cuando atacó por la derecha y desnudó las falencias defensivas que mostró el equipo de Gareca.
Sin Mac Allister ni Enzo Fernández, Rodrigo De Paul se recostó hacia el centro de la cancha y pidió la pelota cada vez que los centrales salían jugando.
Una vez más, el punto más flojo fue el sector izquierdo de la defensa, en donde Tagliafico no da seguridad y tampoco llega a gravitar cuando pasa al ataque, pero lo peor es que no tiene ni asoma un recambio en ese lugar.
Balerdi, que jugó en lugar de Otamendi, se acopló bien a jugar al lado de Cuti Romero y Emiliano Martínez resolvió y salvó a la Scaloneta cada vez que Chile buscaba el arco con remates desde afuera del área.
Con un fuerte recambio de tres cuartos hacia adelante, Argentina se amparó en una definición de Julián Álvarez luego de una asistencia de Thiago Almada para justificar la diferencia que había mostrado dentro de la cancha en la primera mitad del partido.
Exequiel Palacios no brilló y le faltó entrar en juego y Nicolás Paz tampoco pudo mostrar todo su esplendor como cuando lo había hecho el día que le tocó debutar en el seleccionado mayor.
En la parte final, Chile logró imponer sus condiciones y vendió cara la derrota con remates en el travesaño y otros que obligaron al Dibu Martínez a convertirse en una de las figuras de Argentina.
Con el correr de los minutos entró Messi para generar más preocupación en el mejor momento de los chilenos, generando asistencias y faltas cerca del área del equipo de Gareca.
Recién en los últimos minutos entró el joven estrella de River Mastantuono, quien apenas pudo tocar la pelota y en algunas jugadas se mostró atolondrando para resolver.
Argentina respiró un poco cuando Messi fue ganando protagonismo en los últimos minutos, ya que la sola presencia del capitán en la cancha desenfocó a los chilenos de lo que estaban haciendo.
Ganó otra vez la Scaloneta y esta vez lo hizo con un sabor especial a venganza, ya que hace diez años, en el mismo estadio y otras circunstancias, los mismos chilenos que ayer se fueron tristes y preocupados por estar casi afuera de otro Mundial, se reían y festejaban la final perdida por Messi y el equipo argentino.
Ahora se viene Colombia el martes en Buenos Aires. Pero Argentina sigue por la senda del mejor…