La Fundación Humanitaria de Gaza, responsable de distribuir ayuda alimentaria a la población de la Franja de Gaza y apoyada por Israel y Estados Unidos, anunció la jornada pasada que todos sus centros en el enclave palestino permanecerán cerrados hasta nuevo aviso. La decisión de detener las operaciones de distribución de asistencia, según comentaron, es por la “seguridad” de las personas que se acercan a estos puntos.
A través de un comunicado, desde la organización indicaron: “Las informaciones recientes en los medios de comunicación sobre interrupciones en nuestro punto de distribución de ayuda son inexactas. La distribución se llevó a cabo pacíficamente y sin incidentes; sin embargo, se suspendió debido a una aglomeración excesiva, lo que la hizo insegura. En ningún momento se produjeron episodios de violencia”. De igual manera, en los últimos días, decenas de civiles que se habían alejado del perímetro definido para la recepción de paquetes en el sitio de Rafah murieron o resultaron heridos por disparos del ejército israelí.
La fecha de reapertura de los centros, que comenzaron las distribuciones la semana pasada, se especificará más adelante, indicaron. Actualmente existen cuatro sitios de este tipo. “Tenga en cuenta que todos los centros de distribución de ayuda están cerrados. Por su seguridad, le recomendamos evitarlos”, se agrega en el texto publicado. Asimismo, indicaron que están “trabajando en planes operativos para abrir puntos de distribución adicionales, que incluirán puntos en el norte de Gaza”.
En los primeros días de funcionamiento de este nuevo modelo de distribución de ayuda, planteado por Israel como la única forma de impedir que Hamás se beneficie del reparto, alrededor de un centenar de gazatíes han muerto, según cifras de las autoridades locales, por lo que varios testigos describen como fuego israelí contra los que se acercaban a los centros de la fundación. El ejército israelí, por su parte, ha admitido que sus tropas abrieron fuego en varias ocasiones a menos de un kilómetro del centro instalado en el barrio Tel al Sultan, después de que algunos gazatíes abandonaran las rutas establecidas para alcanzar el lugar.