La posibilidad de que Novak Djokovic haya disputado su último partido en Roland Garros se volvió tema central tras sus contundentes declaraciones luego de la derrota ante Jannik Sinner, que lo dejó fuera de la final contra Carlos Alcaraz.
A sus 38 años, el tenista serbio reconoció que la semifinal frente al número uno del mundo podría marcar el final de su historia en el Grand Slam parisino, un escenario donde construyó parte de su leyenda.
Durante la conferencia de prensa posterior al encuentro, Djokovic lanzó una frase que sacudió al mundo del tenis: “Podría ser el último partido que juego aquí. Por eso fue aún más emotivo al final”, confesó.
Una declaración que sorprendió por su franqueza, y que dejó entrever una apertura inusual en el serbio respecto a su posible retiro, tema que había evitado tratar con tanta claridad hasta ahora.
El viernes, tras caer ante Sinner en tres sets 6-4, 7-5 y 7-6 (3), Djokovic permaneció largo rato en la pista central de Roland Garros, visiblemente conmovido. Una escena cargada de simbolismo y de interrogantes sobre su futuro inmediato, tanto en el circuito profesional como en el mítico polvo de ladrillo francés.
Consultado sobre sus planes, el actual número 6 del ranking ATP fue honesto: “¿Si aún quiero seguir jugando? Sí. ¿Seré aún capaz dentro de un año? No lo sé”.
Sus palabras reflejan las dudas que atraviesa en este tramo final de su carrera, marcando un giro en su discurso habitual.
Djokovic, el único aún en actividad del histórico Big Three que integró junto a Roger Federer y Rafael Nadal, mantiene viva su llama competitiva. Sin embargo, sus declaraciones en París dejan abierta la puerta a una retirada que, aunque no confirmada, parece cada vez más cercana.
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