La violencia volvió a empañar una noche de fútbol sudamericano. Lo que debía ser una fiesta en Avellaneda, con el duelo de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile, terminó en caos, enfrentamientos y heridos.
En el transcurso del duelo, un grupo de hinchas del conjunto visitante, ubicados en la Tribuna Pavoni Alta, arrancaron, prendieron fuego y lanzaron butacas, bombas de estruendo y botellas a los simpatizantes locales, situados en la parte baja
Los disturbios comenzaron pasados los 25 minutos del primer tiempo, cuando desde la tribuna Pavoni Alta —sector asignado a la parcialidad visitante— un grupo de hinchas chilenos comenzó a arrojar proyectiles hacia los simpatizantes locales que se encontraban en la popular baja. La agresión generó tensión inmediata en las tribunas y una reacción violenta de algunos hinchas del Rojo.
Mientras el árbitro Gustavo Tejera intentaba mantener el control del juego, la situación en las tribunas se agravó. Ya en el entretiempo, numerosos simpatizantes de Independiente intentaron abandonar su sector para cruzar el anillo de seguridad que separa ambas parcialidades. Sin embargo, efectivos policiales les impidieron el paso, desatando enfrentamientos en las inmediaciones de los portones de la calle Ricardo Enrique Bochini.
A pesar de que el segundo tiempo comenzó con normalidad, a los cuatro minutos el árbitro se vio obligado a detener el partido debido a la continuidad de los incidentes. La tensión en las gradas, sumada a la presencia de personas heridas y al riesgo de un enfrentamiento mayor, obligó a tomar la drástica decisión de expulsar a la parcialidad visitante del estadio.
El operativo de seguridad, a cargo de las fuerzas bonaerenses, se vio superado por momentos ante el accionar de ambos grupos de hinchas. Las autoridades aún no confirmaron la cantidad exacta de heridos ni si hubo detenidos, aunque se espera un informe oficial en las próximas horas.
Una vez más, un espectáculo deportivo terminó manchado por hechos de violencia que exceden el terreno de juego y plantean serias dudas sobre la eficacia de los dispositivos de seguridad en este tipo de eventos internacionales.