Un teatro de Estonia presentó una adaptación poco convencional de la obra de Shakespeare, donde excavadoras, camiones y autobuses interpretaron a los personajes en una cantera de piedra caliza cerca de Rummu. La función, llamada Romula ja Julia, buscó explorar nuevas formas de transmitir emociones utilizando máquinas en lugar de actores humanos. El estreno atrajo la atención internacional por su enfoque experimental.
La obra se desarrolló casi sin palabras, con movimientos y choques de vehículos que narraron la historia de amor. Romeo fue representado por un camión de rally, Julieta por una camioneta roja Ford Ranger 4×4 y el duelo entre Mercucio y Teobaldo fue recreado por excavadoras que enfrentaron sus brazos mecánicos como espadas. En el escenario también participaron mezcladoras de cemento, autobuses urbanos y camiones de bomberos.
Los directores explicaron que el contraste entre la fuerza de las máquinas y la fragilidad de la poesía buscó responder a una pregunta central: ¿es posible transmitir ternura y amor con máquinas? La propuesta se diseñó como un gran experimento para revisar cómo se pueden montar clásicos teatrales en la actualidad.
El público respondió con entusiasmo a la originalidad de la puesta en escena. Algunos espectadores destacaron que, a pesar de tratarse de automotores, lograron sentir ternura y dulzura en escenas como la del beso entre Romeo y Julieta. Otros definieron la experiencia como emotiva y sincera, destacando el desafío de hacer convivir amor y acero.
La producción necesitó un gran despliegue técnico: participaron diez conductores, dos mecánicos, un especialista en pirotecnia y un operador de excavadora. Todo se desarrolló en un espacio natural transformado en escenario, lo que reforzó el carácter único del experimento teatral y consolidó al proyecto como uno de los espectáculos más llamativos de Estonia en 2025.