La Selección Argentina Sub-20 avanzó con autoridad a los cuartos de final del Mundial que se disputa en Chile, tras golear 4-0 a Nigeria en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos de Santiago. El equipo dirigido por Diego Placente fue ampliamente superior durante todo el encuentro y demostró por qué es uno de los grandes candidatos al título.
El inicio fue demoledor: a los 60 segundos de juego, Alejo Sarco abrió el marcador con una definición precisa que marcó el rumbo del partido. A los 23 minutos, Maher Carrizo amplió la ventaja con un impecable tiro libre que dejó sin reacción al arquero africano. Ya en el complemento, nuevamente Carrizo, con una gran jugada individual, estiró la diferencia a 3-0 a los siete minutos. Argentina no bajó el ritmo y a los 21 del segundo tiempo, Mateo Silvetti selló la goleada con el 4-0 definitivo.
El conjunto nacional dominó el encuentro con una presión alta constante, circulación precisa y gran solidez defensiva, logrando mantener el arco en cero por segundo partido consecutivo. De esta manera, Argentina se clasificó a los cuartos de final, instancia a la que no llegaba desde 2011.
Argentina avanza a ritmo de sinfónica, como una obra firmada por Diego Placente, un equipo que combina talento, armonía y carácter. Esta Selección Sub-20 tiene algo que remite inevitablemente a aquella generación dorada de José Néstor Pekerman: una idea de juego sólida, identidad colectiva y una madurez poco común para su edad. No es casualidad; Placente, discípulo directo de aquella escuela, supo absorber su esencia y adaptarla a los nuevos tiempos. En una era de exposición constante, donde los jóvenes futbolistas conviven con las redes, las luces y la inmediatez, construir un grupo concentrado, solidario y equilibrado es casi una hazaña.
Placente lo consiguió. Su equipo no solo gana, sino que transmite algo más profundo: cohesión, respeto, propósito. Tras la goleada ante Nigeria, los gestos de fair play, los saludos y abrazos hacia los rivales demostraron una formación integral, de valores y fútbol. En el campo, el funcionamiento es coral: todos saben qué hacer, todos se entienden. Argentina juega con la paciencia de los grandes y la frescura de los jóvenes, moviendo la pelota con sentido y atacando con decisión.
El próximo desafío será este sábado a las 19.30, nuevamente en el Estadio Nacional, frente a México, en busca de un lugar en las semifinales. El combinado albiceleste llega con confianza tras una fase de grupos impecable, en la que superó 3-1 a Cuba, 4-1 a Australia y 1-0 a Italia, y ahora reafirma su ilusión de volver a lo más alto del fútbol juvenil mundial.
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