Un flojísimo River cayó 1-0 ante Gimnasia y Esgrima La Plata en el Monumental y complicó seriamente sus aspiraciones de clasificarse a la Copa Libertadores 2026.
El gol del “Chelo” Torres, en el complemento, decretó una derrota inesperada y dolorosa para el equipo de Marcelo Gallardo, que volvió a mostrar un nivel muy por debajo de las expectativas.
El encuentro tuvo todos los condimentos de una noche negra para el Millonario: falta de juego, nerviosismo, desconcierto y hasta un penal desperdiciado por Miguel Borja en la última jugada del partido, que podría haber significado el empate. La reacción del público fue inmediata: silbidos, insultos y un Monumental que explotó en descontento antes del inminente Superclásico frente a Boca.
El golpe llega en un momento especialmente sensible. Apenas días después de la histórica elección que consagró a Stefano Di Carlo como nuevo presidente del club, River sufrió su primera derrota como local ante el Lobo en más de 20 años, una racha que parecía inquebrantable.
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Con esta caída, el conjunto de Núñez quedó contra las cuerdas en la lucha por ingresar a la próxima Libertadores y llega con un clima enrarecido al partido más importante del semestre. La presión crece, los cuestionamientos se multiplican y el Monumental, que solía ser una fortaleza, hoy se convirtió en el escenario de la preocupación millonaria.



