Parece guionado el año de River. Un año que ya finalizó en términos competitivos después de la eliminación del lunes pasado ante Racing en el Cilindro pero que virtualmente sigue su curso aún con el plantel ya licenciado hasta el 20 de diciembre. Y es que, una vez cerrada su participación en el Clausura, lo que al CARP todavía le interesa es saber en qué competencia internacional caerá en 2026. Y terminado el domingo, el escenario es el peor de todos, el que no quería nadie: el boleto a la fase 2 de la próxima Copa Libertadores depende pura y exclusivamente de Boca.
Sí, el triunfo del equipo de Claudio Úbeda ante Argentinos Juniors en la Bombonera dejó al rival de toda la vida como el único equipo que puede liberarle a River un cupo para acceder por la ventana al repechaje del máximo torneo continental y no interrumpir una racha de 11 participaciones consecutivas. Claro, el CARP ya sabía que tendría un semifinalista al que ponerle un pleno, pero en Núñez todos esperaban que fuera el Bicho. Ahora, quedarán las sensaciones encontradas que ya se proyectaban desde hace algunas semanas como el peor de los escenarios: la única posibilidad de no jugar la Copa Sudamericana será que Boca ahora elimine a Racing o Tigre en semis y luego a Estudiantes o el ganador de Barracas-Gimnasia en una eventual final.
diario hoy


