A lo largo del domingo, hubo varios aperitivos para los hinchas en Neuquén. Las series del TC, tan entretenidas como polémicas (Aguirre fue excluido por una maniobra con Werner); la segunda carrera del Turismo Carretera 2000, la categoría que promete rivalizar con el TC2000; la actividad de la Fórmula 2 Argentina, que se aleja de los turismos y ofrece algo distinto, pero faltaba lo mejor: la final de la categoría más antigua del mundo, la razón por la que miles de fierreros asistieron al circuito. Pactado para las 14.00hs, el evento se fue demorando por las condiciones climáticas hasta que la ACTC, sin más remedio, dijo basta y lo dio por terminado.
La jornada había arrancado con normalidad, pero a medida que transcurría se veía que las banderas no ondeaban sino que se mantenían firmes por un viento incesante, que la tierra se levantaba obstruyendo la visibilidad y, en definitiva, que las máquinas no podrían correr. Tanto los pilotos como la asociación tuvieron la intención de esperar y de que se terminara celebrando la final, pero las ráfagas de alrededor de 70km/h lo impidieron. “Debido a las condiciones climáticas se da por concluida la competencia”, resolvió la ACTC.
La carrera no fue postergada sino que fue suspendida de manera permanente. De acuerdo al artículo 46 del reglamento deportivo, no se otorgarán unidades debido a que se disputó menos de un 20% del evento (en este caso, ni siquiera llegaron a largar), aunque “sí les van a otorgar los de las series y a aquel que hizo la pole position”, como indicó Roberto Saibene, comisario deportivo de la ACTC.
“Es una decisión de la categoría por la seguridad de todos. Es una pena que no le podamos dar al público el espectáculo que se merecía. A los que nos tocaba largar adelante nos vemos perjudicados, pero eso queda a un lado. Lo más importante es la seguridad de todos. El clima es incontrolable”, sentenció Agustín Canapino, que al igual que el resto de la grilla volverá a acelerar en Toay, La Pampa, el 20 de abril.
