En las últimas 24 horas en Franja de Gaza el ejército de Israel realizó al menos 115 ataques, quitándole la vida al menos a 82 personas. Según autoridades israelíes, entre los 115 objetivos había “lanzaderas, estructuras militares, túneles, células terroristas y otras infraestructuras terroristas”. En medio de la ofensiva israelí, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, indicó que está abierto a implementar la propuesta del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que consiste en expulsar a dos millones de personas del enclave palestino. Se trata de la primera ocasión en que el mandatario hebreo se muestra dispuesto a aceptar la iniciativa del magnate republicano, la cual supondría el desplazamiento masivo de los palestinos, que viven asediados por la guerra contra Hamás.
En concreto, Netanyahu ha asegurado que considera que está “listo para poner fin a la guerra bajo condiciones claras que garanticen la seguridad de Israel”. Asimismo, declaró que “al final todas las partes de Gaza estarán bajo control israelí”.
En las últimas horas, la Unión Europea denunció que una delegación de diplomáticos árabes, estadounidenses y europeos recibió disparos de parte de Israel, en Jenin, Cisjordania. Las fuerzas israelíes admitieron que propinaron los disparos “al aire”, mientras las autoridades palestinas sostienen que el objetivo fue “intimidar” a los funcionarios. España, Italia y Bélgica fueron los primeros países en protestar por lo sucedido. “Exigimos una investigación inmediata y transparente de este gravísimo incidente, y el respeto por Israel, como potencia ocupante, del derecho internacional, así como de su obligación de proteger a los agentes diplomáticos”, señala el comunicado publicado.
Sumado a todo esto, la agrupación Médicos Sin Fronteras afirmó que el volumen de ayuda humanitaria que Israel ha empezado a permitir para entrar en Gaza no es suficiente para la población de 2,4 millones de personas. La ONG describió la autorización israelí, que empezó a regir el pasado lunes tras las presiones diplomáticas, como “una cortina de humo para hacer creer que el asedio ha terminado”. “La decisión de las autoridades israelíes de permitir una cantidad ridículamente inadecuada de ayuda en Gaza después de meses de un asedio férreo señala su intención de evitar la acusación de que la gente de Gaza está muriendo de hambre, cuando en realidad la mantienen apenas sobreviviendo”, remarcó Pascale Coissard, coordinadora de emergencias de la ONG en la ciudad de Khan Younis, en el sur de Gaza.
El Papa León XIV declaró al respecto de la guerra durante su primera audiencia general semanal en la Plaza de San Pedro: “Renuevo mi ferviente llamamiento para que se permita la entrada de la ayuda humanitaria justa y se ponga fin a las hostilidades, cuyo precio devastador lo pagan los niños, los ancianos y los enfermos”. El Sumo Pontífice describió la situación en el enclave palestino como “muy preocupante y entristecedora”.
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