A la frase "vivir cada día como si fuese el último" deberíamos agregarle y "¿por qué no, como si fuera el primero?"
Es así. Conservar intactos los sueños y las ilusiones. Dormir pensando que al despertar haremos tal o cual cosa.
Guardar el pasado y la experiencia entre las fotos y los papeles amarillos.
Asombrarnos cada mañana con la luz de ese sol que ahora parece más cálido y brillante.
Sentirnos como niños con la oración de "Ángel de la Guarda, dulce compañía, "Creer que no nos vamos a equivocar, cuando decidamos algo...
pues Todo el "futuro" nos pertenece.
María Marta Paunero