Un hombre de Estambul aceptó incluir una cláusula poco común en su acuerdo de divorcio: el pago de una manutención trimestral para sus dos gatos. El compromiso establece el pago de 10.000 liras turcas (unos 240 dólares) cada tres meses, por un plazo de hasta diez años.
El caso involucra a Buğra B. y su exesposa Ezgi B., quienes decidieron poner fin a su matrimonio de común acuerdo alegando incompatibilidad. Ninguno de los dos solicitó compensaciones económicas ni pensión alimenticia, pero acordaron un punto singular: los gatos quedarán bajo custodia de Ezgi y su mantenimiento será financiado por Buğra.
El documento judicial especifica que el monto se ajustará anualmente según el índice de precios al consumidor (CPI-EFE) que publica el Instituto de Estadísticas de Turquía. Este detalle convierte el acuerdo en un ejemplo inusual dentro del sistema legal turco, donde las obligaciones de manutención suelen aplicarse solo a hijos o familiares directos.
En los medios locales, el caso ya se conoce como un ejemplo de «nueva forma de pensión alimenticia» y ha abierto el debate sobre los derechos de las mascotas tras una separación. Algunos especialistas en derecho familiar señalan que podría sentar precedente para futuros acuerdos entre parejas que comparten animales de compañía.
El caso pone en discusión una tendencia creciente en varios países: reconocer a las mascotas como miembros del hogar con derechos de cuidado y responsabilidad compartida, más allá de su consideración como bienes materiales.