Una empresa de neurociencia desarrolló una funda de acero inoxidable de 2,7 kilogramos para limitar el tiempo de uso del teléfono móvil. El producto busca reducir la adicción digital mediante el cansancio físico que provoca sostenerlo.
Matter Neuroscience diseñó una carcasa que contradice la tendencia del mercado: en lugar de ser liviana, es pesada y difícil de manipular. El accesorio se compone de dos piezas metálicas que se ajustan con tornillos alrededor del dispositivo. Su peso supera al de una computadora portátil de 16 pulgadas.
Inspirada en el teléfono Black Diamond de los años ochenta, la funda no entra en el bolsillo y resulta incómoda al sostenerla durante mucho tiempo. Esa molestia es precisamente la que busca generar una respuesta automática: dejar el teléfono a un lado.
Según la descripción publicada en su página de financiamiento colectivo, la incomodidad es parte del mecanismo. «A 2,7 kilogramos, las manos y los brazos se cansan. Ese agotamiento físico crea un bucle de retroalimentación contra el uso excesivo», señala la empresa.
Para quitar la carcasa es necesario utilizar una llave Allen, un detalle que desalienta su remoción frecuente. Matter Neuroscience ofrece el producto en dos versiones: acero inoxidable (alrededor de 210 dólares) y una versión de latón más pesada (500 dólares).
La compañía espera alcanzar una meta de financiamiento de 75.000 dólares. Hasta el momento, ha recaudado cerca de 17.000. Su propuesta combina ironía, diseño y neurociencia aplicada a los hábitos digitales.