Rusia lanzó una oleada de drones y misiles contra Ucrania durante las últimas horas, matando al menos a seis personas, entre ellas dos niños, y dejando sin electricidad a decenas de miles. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que los ataques, que también causaron heridas a otra docena de personas, buscaban demostrar que Moscú pretendía “infligir daño” a la población civil, y anunció que Kiev había reforzado sus defensas aéreas en respuesta.
Rusia ha rechazado los llamamientos de Estados Unidos para que ponga fin a su invasión de Ucrania, que dura ya casi cuatro años, y ha seguido adelante con su ofensiva terrestre, al tiempo que ha renovado su campaña de ataques contra la red energética de Ucrania. Ambos países también afirmaron haber obtenido avances en los combates en la importante ciudad oriental de Pokrovsk, donde Ucrania se encuentra bajo la presión de un intenso ataque ruso en el que participan miles de soldados.
Los ataques de Rusia cortaron el suministro eléctrico a toda la región de Donetsk, en el este de Ucrania, así como a casi 58.000 hogares de la región meridional de Zaporizhia, en el sur del país. Kiev afirma que las embestidas contra las infraestructuras energéticas tienen como objetivo principal desgastar a la población civil del país, una acusación que Rusia niega.
Según algunos estudios, Rusia lanzó más misiles contra Ucrania en ataques nocturnos durante octubre que en cualquier otro mes desde al menos principios de 2023. Zelenski, que ha estado presionando a sus aliados para que aumenten las defensas aéreas con el fin de repeler los ataques de Rusia, anunció durante el fin de semana que Ucrania se vio fortalecida con el apoyo de Alemania.
En contrapartida, Ucrania ha respondido a los ataques de Moscú contra su red energética con ataques de represalia contra la infraestructura petrolera y gasística rusa. De hecho, un ataque con drones ucranianos contra el puerto ruso de Tuapse, en el mar Negro, en la mañana del lunes, provocó el incendio de un petrolero y daños en la infraestructura portuaria. Tanto Kiev, como sus aliados europeos, afirman que la guerra, la mayor y más mortífera en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial, es una apropiación ilegal de territorio y sin provocación previa, lo que ha causado una oleada de violencia y destrucción.
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