Por estas horas, en la zona de Valencia (España) solo mirar alrededor es sentir encogerse el alma. Durante el día de ayer un fenómeno conocido como DANA causó lluvias intensas durante más de 10 horas - se calculó que el agua caída equivale a la que normalmente cae en un mes- lo que derivó en inundaciones nunca vistas.
Mientras las autoridades evalúan el impacto en infraestructuras y bienes materiales, y se guarda un minuto de silencio en el Congreso en honor a las víctimas, queda claro que esta es la catástrofe por mal tiempo más mortal en España.
Con el correr de las horas se fueron obteniendo más noticias y el trabajo de los cuerpos de rescate en Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha confirman ya por lo menos 95 muertos, principalmente en la provincia de Valencia, y el fenómeno meteorológico completamente descomunal ( en algunas localidades llovió 500 mm en 8 horas) se convirtió en el peor desastre natural de la historia de España.
Los testimonios de algunos de los afectados por la DANA , que aún no pueden salir de su estupor, hablan de calles convertidas en ríos y vehículos arrastrados por la corriente. Los pueblos cercanos a la ciudad de Valencia afrontan además que sus habitantes quedaron incomunicados.
Hubo rápida respuesta gubernamental al fenómeno climático extremo. Mil efectivos militares especializados en tareas de rescate se encuentran trabajando en la zona y se activó el Procedimiento de Múltiples Víctimas, que reúne la información recibida de los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad y emergencias, según ha detallado, para activar los rescates y la identificación. En este momento, la cifra de víctimas mortales se eleva a 95. Se calcula que más de ciento cincuenta mil personas, en tanto, se encuentran sin electricidad.
Hasta el momento, la depresión aislada en niveles altos (DANA), o “gota fría”, que está provocando innumerables daños en el este y sureste de España se cobró 95 vidas, según los últimos balances provisionales de los respectivos servicios de emergencia, mientras la zona comienza a volver a la normalidad tras el voraz paso del fenómeno.
Qué es una DANA
Esta nueva palabra de meteorología fue acuñada en España. Significa "Depresión Aislada en Niveles Altos o DANA”, explica José Antonio Fernández Monistrol, jefe del Departamento de Infraestructuras y Sistemas de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El acrónimo, además, homenajea al meteorólogo Francisco García Dana, fallecido en 1984. ¿Pero qué quiere decir cada uno de esos términos? José Antonio Fernández Monistrol los define de la siguiente forma:
Depresión: se refiere a una condición espacial en la que la presión atmosférica en un área disminuye al acercarnos a su centro.
Niveles Altos: una DANA se suele formar por encima de unos cinco kilómetros de altura.
Aislada: este es uno de los puntos más complicados. Según eltiempo.es, a unos nueve kilómetros de altura en la atmósfera existen intensas corrientes de viento. La que más nos afecta es la conocida como corriente de chorro, que separa el aire frío polar (al norte) del aire más cálido (al sur). Este chorro tiene ondulaciones que cuando son muy pronunciadas pueden llegar a ‘estrangularse’ y separarse del resto de la circulación en chorro, formando un embolsamiento de aire frío en niveles altos cuya circulación gira en sentido antihorario, o dicho de otra forma: una DANA.
Como explica el jefe del Departamento de Infraestructuras y Sistemas de la Aemet, las DANA no se originan por todo el globo. En el hemisferio norte hay tres zonas donde nacen:
El Atlántico oriental.
El Pacífico oriental.
La zona de China y del océano que la baña.
Las DANA suelen durar dos días, aunque algunas pueden prolongarse tres o más. Cuando mueren, tal y como explica Monistrol, se dividen en partes iguales que se debilitan y son absorbidas por otro sistema más potente. NO siempre generan fenómenos que afectan a las personas ni el ambiente.
“La adversidad de una DANA depende tanto de su propia estructura como de condiciones externas a ella. Cuando viaja por zonas frías los fenómenos no van a ser tan violentos, pues el contraste de temperaturas entre niveles bajos y altos no es tan grande y la convección no es tan intensa. Para España, las situaciones más peligrosas se dan cuando este aire frío en niveles altos se acerca al mar Mediterráneo a final del verano, cuando la temperatura es más alta”, explica José Antonio Fernández Monistrol.