La reforestación de la rambla de 131 entre 52 y 54 como resultado de la iniciativa de un platense, que convocó a sus convecinos para comprar árboles nativos que serán plantados por la Municipalidad, constituye un dato que no solo convalida una tradición de la Ciudad apegada a la defensa del arbolado público, sino una confirmación de la importancia que reviste ese patrimonio ante un mundo cada vez más necesitado de mantener sus riquezas naturales.
Luego de conocer la idea, en pocas semanas los vecinos aportaron hasta concretar la compra de 62 árboles nativos. “Esto es un inicio y una demostración de que somos varios vecinos los que estamos interesados, comprometidos y preocupados por el patrimonio forestal de la ciudad de La Plata”, explicó el inspirador de la iniciativa, que es arquitecto.
El profesional ofreció tips sobre la forma de plantar los árboles en las veredas y cuáles son las especies adecuadas. Propuso los de hojas caducas que en verano dan sombra y en invierno favorecen el calor del sol. En la nota publicada en este diario aludió a las otras y numerosas ventajas que ofrecen los árboles.
Se anticipó que en la semana que viene el Municipio plantará en el tramo mencionado de la avenida Circunvalación, 36 ejemplares de guarán, 13 lapachos rosados, 6 espinillos, 5 ibirá pitá y 2 ceibos. Todos se adquirieron en un vivero de Monte Grande con el dinero recaudado.
Como se recordará, hace más de medio siglo, uno de los precursores en la defensa del arbolado platense, como lo fue el desaparecido dirigente Nicodemo Scenna, propuso levantar una denominada “cortina forestal” en torno a La Plata, arbolando con especies altas las avenidas perimetrales. Ello se tradujo en la creación del parque Martín Rodríguez y en especies plantadas sobre la avenida 122 para proteger a la ciudad de la contaminación aérea proveniente del polo petroquímico.
Esa cortina se extendió a la zona del barrio del Mondongo, aunque luego no pudo envolver por completo el casco urbano, pese a que se realizaron distintas plantaciones en las ramblas de 72, 131 y 32. En el caso del casco urbano, las estadísticas realizadas en las últimas décadas hablan de una gradual y constante pérdida de árboles en La Plata.
Asimismo, en las últimas décadas fueron muchos los expertos forestales -tanto argentinos como internacionales- que advirtieron sobre los gravísimos excesos y errores que se cometen al realizar las podas en nuestra ciudad, convertidas en verdaderos ataques a la vida del arbolado público platense.
Lo promovido ahora por un grupo de vecinos constituye un dato reconfortante. La Ciudad cuenta con un patrimonio valioso creado por la visión de los fundadores y mantenido, pese a los desmedros sufridos, a lo largo de muchas generaciones. Este grupo de platenses no sólo le hace honor a esa tradición, sino que, además, en forma desinteresada, cumple con los requerimientos ambientales de nuestra época para contar con una mejor calidad de vida.