Muchos desconocen que, además de limpiar el tambor y el dispensador de detergente, el filtro del lavarropas también necesita mantenimiento regular para asegurar su óptimo funcionamiento.
Este pequeño filtro, que suele estar ubicado en la parte inferior del electrodoméstico, es el encargado de retener pelusas, monedas, botones y otros pequeños objetos que se desprenden de la ropa durante el lavado. Si se obstruye, el lavarropas puede empezar a mostrar fallas como drenaje lento, malos olores o incluso ciclos de lavado incompletos.
Para limpiar el filtro, primero es importante verificar la ubicación en el manual del lavarropas, ya que puede variar dependiendo del modelo. Generalmente, se encuentra en una tapa o compartimento en la parte frontal o trasera de la máquina. Antes de abrirlo, asegurate de tener una toalla o recipiente debajo, ya que suele quedar un poco de agua acumulada que se libera al abrir el filtro. Con cuidado, retirá el filtro y eliminá cualquier residuo que encuentres.
Realizar esta limpieza cada tres meses ayuda a prevenir obstrucciones y mejora la eficiencia del lavarropas, evitando que tenga que esforzarse de más para drenar el agua. Además, un filtro limpio contribuye a alargar la vida útil del electrodoméstico, ya que el motor y las bombas trabajan con menor esfuerzo al no tener que lidiar con bloqueos.
Es por eso que dedicar unos minutos cada pocos meses a limpiar el filtro del lavarropas es una tarea sencilla pero fundamental. No solo evitará problemas de funcionamiento, sino que también garantizará que tu ropa salga más limpia y libre de residuos, maximizando el rendimiento de tu lavarropas y manteniéndolo en excelente estado por mucho más tiempo.