Gimnasia, que sigue sin ganar y sin gritar goles, escuchó con nitidez la bronca y el disconformismo de sus hinchas. Apenas pudo empatar cero a cero con Central Córdoba, que jugó muchos minutos con diez hombres, y fueron muchos los hinchas que silbaron el desempeño de la mayoría de los jugadores. Sólo reconocieron el esfuerzo de Rodrigo Castillo, que siempre intentó perforar el arco de un eficiente Ingolotti.
Con la ausencia por lesión del Pata Castro y una dupla de volantes centrales conformada por Augusto Max y Martín Fernández, Gimnasia salió a buscar la victoria que tanto esperan sus hinchas ante Central Córdoba de Santiago del Estero en 60 y 118.
Antes cumplirse el primer cuarto de hora Gimnasia tuvo una situación clara muy bien generada por el oficio de Rodrigo Castillo, aunque el delantero falló en el remate final y su disparo rebotó en las piernas de Ingolotti, que salió a atorarlo y logró su objetivo.
El mismo Castillo estuvo cerca de volver a quedar mano a mano a los 17, pero el arquero lo anticipó corrigiendo el error del zaguero Rak. Y enseguida, a los 18, fue Maretín Fernández el que exigió a Ingolotti con un remate bajo desde la puerta del área grande.
Gimnasia, sin brillar, desnudaba algunas limitaciones severas de los zagueros visitantes, especialmente en Rak.
Con el correr del minutos el juego de Gimnasia perdió consistencia y la gente empezó a reclarmar, con cánticos, una prestación superadora.
Valentín Rodríguez llegó a una posición favorable adentro del área santiagueña, pero su disparo su fue por arriba del travesaño en el minuto 36'.
El partido se interrumpió en el minuto 41 por la flata de comunicación de la terna arbitral con la sala VAR en Ezeiza.
Debido a una contractura Leonardo Morales no salió a jugar el segundo tiempo y fue reemplazo por David Zalazar.
Gimnasia escuchó reclamos en cuanto a su actitud en varios momentos de la tardecita, especialmente con la visita manejaba la pelota con mucha comodidad.
El Lobo creció un poco con la movilidad de Zalazar, pero siempre le faltó algo para llegar al gol.
La correcta expulsión de Vega a los 26' abrió un panorama de mayor optimismo para Gimnasia, que necesitaba mejorar bastante su rendimiento.
Jeremías Merlo por Augusto Max y Primante por Briasco fueron los cambios que decidió Méndez a los 31 para intentar cambiar la historia que estaba generando quejas y algunos silbidos para los hombres del Lobo.
Pablo De Blasis merodeó el gol cuando bajó una pelota con el pecho y luego su remate, desde un ángulo complicado, se fue por arriba del travesaño.