Padres de alumnos del colegio Cristo Rey le apuntaron a una escena de la novela “Cometierra”. La polémica prendió en otros distritos y disparó la denuncia de una ONG
Hace días que la escena de un libro que se distribuye en escuelas secundarias de la provincia de Buenos Aires genera malestar entre padres de alumnos. Ayer, la polémica estalló en La Plata, cuando parte de la comunidad educativa del colegio Cristo Rey le apuntó a “Cometierra”, la novela que marcó el debut literario de la escritora Dolores Reyes en 2019, que la autora dedicó “a las víctimas de femicidio, a sus sobrevivientes” y que con el tiempo se convirtió en un bestseller que trascendió las fronteras del país, pero que en su página 111 narra un pasaje de “sexo explícito” y con palabras “poco adecuadas” para adolescentes, según advirtieron desde el establecimiento ubicado en 38 entre 22 y 23.
En “Cometierra”, la protagonista que da nombre a la novela descubre en una visión que su papá ha matado a golpes a su mamá. A esa visión le siguen otras que le permiten “ver”, cual médium o detective, quién asesinó o secuestró a las mujeres en un barrio marcado por la violencia. Un fragmento de lo que allí se cuenta enardeció a los padres del Cristo Rey.
“Sacó su p... por encima del bóxer y me la acercó a la boca. Me dejé llevar a un beso tan suave como si lo que besara fuese una lengua. Le bajé el bóxer del todo. La piel que tocaba me gustaba. Podía apretarla con los labios mientras la p... jugaba en mi boca y se iba hundiendo. Ezequiel me miró chupar y yo también lo miré a él (...) .Yo me tendí y abrí las piernas. Ezequiel besó mis tetas, que son del tamaño de un puño cerrado. Después, sin apartar su boca de mi pecho, bajó una de las manos hasta mi c... Me acarició. Sentí sus dedos hirviendo. Me fui mojando”.
Como ya ocurrió en otros distritos de la Provincia, ese párrafo de “Cometierra” incomodó a padres de alumnos platenses que también pusieron la lupa sobre otras obras: “Las primas”, de Aurora Venturini; “Piedra, papel o tijera”, de Inés Garland; “Berazachussetts”, de Leandro Ávalos Blacha; “Donde no hago pie”, de Belén López Peiró; y “Graymoor”, de Sebastián Vargas; “Las aventuras de la China Iron”, de Gabriela Cabezón Cámara y “Si no fuera tan niña. Memorias de la violencia”, de Sol Fantín.
Todos estos son textos que pertenecen a la colección “Identidades bonaerenses”. Seleccionados por la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia, están siendo distribuidos en bibliotecas de gestión estatal de escuelas de nivel secundario. Algunos están orientados al primer ciclo (primero, segundo y tercero); otros son recomendados para el segundo ciclo (cuarto, quinto y sexto).
No solo las familias de los alumnos han cuestionado la distribución de este material que las autoridades bonaerenses de Educación recomiendan analizar “con acompañamiento docente”.
Días atrás, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, se metió en la polémica al reclamar que “dejen de sexualizar” a los chicos.
En tanto que ayer, la Fundación Natalio Morelli, dedicada a la protección de los derechos de niños y adolescentes, se hizo eco de las quejas de los padres y denunció penalmente al director general de Cultura y Educación de la Provincia, Alberto Sileoni.
“Es una degeneración que este tipo de libros estén en las bibliotecas escolares”, fundamentó sobre la presentación judicial Bárbara Morelli, presidenta de la Fundación. Y, si bien reconoció que los textos no son de lectura obligatoria, consideró que el hecho de que se encuentren disponibles en el entorno escolar genera una exposición inapropiada para estudiantes en plena etapa de desarrollo.
“Llevamos semanas investigando el contenido de estos libros y observamos escenas con contenido sexual explícito que, en nuestra opinión, no son apropiadas para adolescentes tan jóvenes”, insistió Morelli en declaraciones radiales. Dijo que “como madre y como presidenta de la fundación” le “preocupa mucho” este tema, a la par que aseguró que desde el organismo que preside han hablado con psicólogos “que afirman que la exposición temprana a estos contenidos puede incentivar comportamientos y curiosidades que no son saludables a esa edad”.
Morelli citó también declaraciones de Sileoni comparando estos textos con obras clásicas de Jorge Luis Borges o Silvina Ocampo. Para la mujer, esas comparaciones “son inadecuadas”, ya que, advirtió, “el contenido sexual explícito no se puede equiparar con la literatura tradicional”.
La novela apuntada es un bestseller internacional, pero un pasaje puntual genera incomodidad
Días atrás, la vicepresidenta Villarruel cargó contra la Provincia por este tema
FUENTA El Diario El Dia de La Plata