Sin dudas, el último mes estuvo marcado por el drama para el frigorífico de Gorina debido a dos graves episodios: el primero de ellos ocurrió a fines de enero, cuando un grupo de delincuentes perpetró un golpe en el que se llevó un millonario botín, mientras que el segundo ocurrió en las últimas horas con un devastador incendio que destrozó las instalaciones.
En cuanto al siniestro registrado durante la tarde del pasado lunes en el predio ubicado en las calles 501 y 156, una de las primeras hipótesis que se barajan al respecto es que se desató por un desperfecto eléctrico que obligó a desolar la planta. De todos modos, la investigación continuará para esclarecer el hecho que provocó enormes pérdidas.
Teniendo en cuenta la dificultad para regular la situación, el personal de los cuartes de bomberos de Melchor Romero, Los Hornos y Villa Elisa continuaron con su trabajo durante la madrugada de ayer, realizando tareas de enfriamiento, hasta que finalmente pudieron controlar el fuego, manteniendo la guardia ante el temor de que pueda resurgir.
Con las informaciones recolectadas buscarán confirmar la principal hipótesis, que se corroborará con las pericias que se realicen en el lugar. Debido a la voracidad del incendio, se calcula que el frigorífico podría haber sufrido una destrucción del 80% de su estructura. Sin embargo, afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas ni desaparecidos y los numerarios no resultaron lesionados.
Se esperan más detalles
Las llamas se expandieron a gran velocidad por toda la planta y los daños fueron prácticamente totales con gigantescas pérdidas. En este sentido, el foco está puesto es esclarecer lo ocurrido, ya que además del desperfecto eléctrico se habla del estallido de dos tanques de amoníaco.
Es por ello que, mientras aguardan por detalles para determinar las causas del siniestro, los trabajadores del frigorífico están inmersos en la angustia debido a que podrían correr riesgo sus puestos laborales.
Cabe recordar que el 23 de enero pasado se registró un importante golpe en el predio, cuando tres delincuentes armados amenazaron a los presentes a punta de pistola y se alzaron con un botín estimado en alrededor de 30 millones de pesos que estaba dentro de una caja que portaba una de las víctimas. Ese dinero estaba destinado al pago de los sueldos de los empleados.
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