Los principales referentes de las potencias occidentales se movilizaron rápidamente para reafirmar su respaldo a Ucrania luego del tenso encuentro de este viernes entre Donald Trump y Volodymyr Zelensky, que profundizó la distancia entre Washington y sus aliados europeos.
El acalorado intercambio en la Casa Blanca refleja el complejo desafío que enfrentan las capitales occidentales desde el regreso de Trump al poder en enero: sostener el apoyo a Kyiv frente a la ofensiva rusa sin provocar a un mandatario con una visión transaccional de la política, cada vez más afín a Vladimir Putin, poco tolerante a las críticas y dispuesto a redefinir las alianzas de seguridad que han regido el equilibrio internacional por décadas.
El primer ministro británico, Keir Starmer, quien mantuvo el jueves una reunión clave con Trump en Washington, intervino en la crisis tras la fuerte discusión entre el presidente estadounidense y su par ucraniano. Según confirmó una portavoz de Downing Street, el líder británico conversó con ambos en un intento por descomprimir la situación. “Starmer mantiene su respaldo absoluto a Ucrania y trabaja para alcanzar una paz duradera, basada en la soberanía y seguridad del país”, señaló la vocera del gobierno británico.
El Reino Unido será sede este domingo de un cónclave de líderes europeos donde se discutirá la continuidad del apoyo a Kyiv. Zelensky está previsto como uno de los asistentes y se espera que el ambiente sea mucho más receptivo para él. Starmer, en tanto, advirtió a Trump que no acepte un acuerdo de paz que implique concesiones a Rusia o a sus aliados.
Por su parte, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, una de las figuras más cercanas a Trump en Europa, propuso organizar una cumbre con Estados Unidos y las potencias europeas para analizar el conflicto en Ucrania, advirtiendo que las fracturas internas solo debilitan la posición de Occidente.
El desconcierto entre los líderes europeos es evidente ante el drástico cambio en la postura de Washington. Luego de casi tres años de respaldo constante bajo la administración de Joe Biden, el apoyo estadounidense a Kyiv se ha derrumbado en pocas semanas. En Bruselas y otras capitales aún intentan comprender por qué Trump endureció su postura contra Zelensky y, sin haber iniciado negociaciones formales, ya otorgó concesiones estratégicas a Putin.
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